Cultura
El jardín de los artistas

El pasado, presente y futuro del arte contemporáneo en la visión de Xippas

La galería celebra sus 30 años con una ambiciosa exposición en su nuevo espacio en una chacra marítima de Manantiales

07.02.2021 07:00

Lectura: 12'

2021-02-07T07:00:00
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Por María Inés Fiordelmondo

"¿Dónde naciste?" es una pregunta que Reno Xippas hace de forma recurrente en los últimos años a conocidos, amigos y desconocidos. Gracias a esa curiosidad propia de un niño y a las respuestas obtenidas, el galerista nacido en El Cairo, de nacionalidad griega y extensa carrera en París, pasó de creerse perteneciente a una especie rara a sentirse parte de un grupo poblacional en crecimiento: los uruguayos de alma.

"Muchos uruguayos que conocí en el último tiempo en realidad nacieron en otros países y vinieron a los 10, 15 años. Yo ando con pasaporte griego pero esto es mi tierra, mi lengua, mi todo", dice Xippas mientras mira a una vaca pastando a lo lejos en la chacra marítima donde vive junto a su pareja y socia, Sofía Silva. Allí, sobre el kilómetro 5 de la Ruta 104 (Maldonado) ambos inauguraron 12 meses atrás un nuevo espacio que trasciende el concepto clásico de galería, explican.

Hace 30 años Reno Xippas abrió en París la primera galería de arte contemporáneo que lleva su apellido. Hace 10 volvió a Uruguay, país que pisó por primera vez a los siete años (en 1956) -cuando su familia escapaba de la guerra del Sinaí-, y del que se fue en 1972 para comenzar su actividad en el mundo del arte en Europa.

En 2010, Sofía, licenciada en Comunicación, con experiencia trabajando en las artes escénicas y formada en gestión cultural, se enteró a través de un amigo en común que Reno pensaba abrir una galería y buscaba a la persona indicada para ponerla en marcha. Fue así como ambos dieron inicio al proyecto uruguayo, primero en Montevideo para luego expandirse a Manantiales y hace un año mudarse a la chacra marítima. Además de estar en Uruguay, hoy la galería mantiene el espacio en París y también opera en Ginebra, Bruselas y Knokke (Bélgica). Pero ninguna se compara con la locación inaugurada en enero de 2020. Ese enorme galpón negro rodeado de verde sobre ruta es el lugar donde Reno, que antes de la pandemia viajaba de una galería a otra, espera por fin asentarse y pasar el resto de sus días. "No voy a terminar mis días ni en París, ni en Ginebra, ni en Bruselas ni Atenas. Mi sueño es vivir acá", asegura.

La galería fue diseñada (y construida por la arquitecta Selma Bension) a partir de la experiencia de haber instalado otras 12 alrededor del mundo. "Es un chiche nuevo. Lo dibujé, lo hice con mucho cariño", señala. La frescura dentro del galpón contrasta con la temperatura de un típico día de enero en el exterior. Aunque todo indica que el espacio está refrigerado, Reno cuenta que no es más que el efecto de la aislación térmica. El movimiento de la luz natural, la intensidad de la artificial; todo fue diseñado con minuciosa precisión. Su diferencial, sin embargo, no se limita al diseño. Reno recuerda con claridad el Uruguay que conoció en 1956, cuando se palpitaba la energía pos Joaquín Torres García, fallecido en 1949. "En las galerías se juntaba toda la gente los sábados, había cócteles, los artistas hablaban, había debates. Las artes visuales eran increíbles acá. Muchos artistas europeos se vinieron por la guerra y tuvieron mucha actividad acá. Había un mundo plástico muy activo", añora el galerista.

Con su nuevo espacio buscó crear una atmósfera similar. Uno de los puntos principales de la galería es la cocina, y además cuenta con una suite para quien quiera quedarse. El objetivo es fomentar la reunión. "Este es como mi pequeño jardín de infantes y considero a los artistas como los miembros de una gran familia. Es un lugar de debate, para que la gente se encuentre y se conozca", recalca. Es un espacio de puertas abiertas para artistas y coleccionistas, pero también para el público más alejado del arte. Xippas dice que un punto clave es ser abierto al diálogo y no tener una actitud despreciativa frente al que no conoce de arte. "No les pregunto qué hacen acá si no conocen. El coleccionista no nace coleccionista, se hace", argumenta. Por suerte, dice, no tiene problema en dialogar e invertir tiempo explicando las obras a ese público, si bien reconoce que no es una
tarea fácil: "A veces son obras a partir de un pensamiento que no se puede expresar con palabras".

Aunque mudarse a un entorno verde alejado de las grandes urbes -justo antes de que explotara la pandemia en Uruguay- parece un plan digno de un visionario, en aquel momento Xippas solo visualizaba una galería diferente, que no se pareciera a una tienda pero sí a un lugar de experiencias, un espacio donde comer un aperitivo, sentarse a tomar un café y pasar la noche. "La galería ya no es ‘tengo 10 minutos, voy a ir a una y a otra'. Para mí es ‘¿qué hacemos hoy de tarde? Esto es más bien una pequeña institución donde venís a vivir una experiencia y ver artistas que en Uruguay no se pueden ver todos los días".

Volver al futuro. Xippas Gallery está cumpliendo 30 años en un contexto difícil. Pero ni las fronteras cerradas, ni la crisis económica y sanitaria frenaron la fuerte apuesta de la firma para celebrar su historia. Más bien sucedió lo contrario. Silva, quien dirige las galerías de Uruguay, está convencida de que en situaciones hostiles como la actual es necesario reforzar el espíritu del arte. "Siempre fui de afirmarme y redoblar las fuerzas, porque si no, ¿qué hacemos? Cuando hablamos de necesidad no hablamos de esas cosas intangibles que se vuelven tan necesarias. Creo que si hay dificultad en el mundo, lo único que nos queda es poner el ánimo, es lo que nos va a salvar", reflexiona. Por lo tanto, la idea de suspender la ambiciosa exposición que estaban armando nunca estuvo en los planes.

Las tres décadas eran la oportunidad ideal para hablar de la trayectoria de la galería. Sin embargo, las ideas y proyectos también tienen gran peso. Por eso, la pareja prefirió celebrar de una manera diferente, a través de una muestra que pudiera reflejar la actualidad, el pasado y también el futuro de la galería. El nombre de la exposición que se puede ver en este espacio hasta abril de 2021 lo dice casi todo: Back to the future (Regreso al futuro). "Decidimos buscar una exposición que mostrara y reflejara el pasaje, la historia y trayectoria, pero al mismo tiempo en Uruguay apenas acabamos de lanzar el proyecto de Punta del Este", acota Silva sobre la idea de no reducirse a la historia y hablar también de lo que tienen por delante.

Xippas, por su parte, añade que un común denominador de las obras seleccionadas para la exposición es su atemporalidad. No hablar de la pandemia en estos tiempos parece misión imposible. Sin embargo, ninguna obra alude a ella, ni a la política ni a ningún otro problema o situación actual. "La actualidad es actualidad hoy, pero no dentro de 20 años. Tenés que tener referencias dentro del contexto en que se hizo la obra, y en el tiempo muchas obras pueden vivir pero la mayoría desaparecen, porque tienen que ver con algo de la actualidad", apunta el galerista. El reflejo de la actualidad (a diferencia de la actualidad explícita), "es como un psicoanálisis del propio creador", agrega. "Nos gusta que el artista ponga en evidencia su mundo interior y no su pensamiento político ni referente a las cosas de la actualidad".

La muestra reúne obras de arte contemporáneo de 40 artistas de distintas partes del mundo. Están presentes aquellos con los que la galería trabajó de forma imparable durante las tres décadas, pero también hay lugar para otros que exponen en un espacio de Xippas por primera vez, como el uruguayo Ignacio Iturria. "Vi que (Iturria) tenía una tendencia más contemporánea, donde salía de esa cosa oscura casi depresiva y empezó a pintar como un niño, y me interesó muchísimo. Para mí era para las galerías más modernas, no tan contemporáneas y de golpe me atreví a comprar una obra para exponer acá. Fue la primera que se vendió", comenta Reno. También asegura que ver una obra como la de Peter Halley -Take back, con un valor que ronda los 200.000 dólares- en Uruguay no es algo de todos los días.

A través de la mezcla de pasado, presente y futuro, la exposición Back to the future busca ser un guiño sobre la historia de la galería pero también un homenaje a la investigación, a seguir descubriendo y apostando a lo nuevo. Otros artistas uruguayos presentes en la exposición son Rita Fischer, Pablo Atchugarry, Yamandú Canosa, Ricardo Lanzarini, Fernando López Lage, Dani Umpi y Marco Maggi. Del mundo, en la muestra pueden verse obras de John Phillip Abbott, Alain Biltereyst, Sigismond de Vajay, Gilbert & George, Leandro Erlich, Lionel Estéve, Janaina Tschäpe y Vera Lutter, entre muchos otros. Silva la describe como una exposición universal, ya que "hay un interés que va más allá de las fronteras y de lo que te puedo decir como latinoamericano".

De todas formas, advierte que la base sudamericana de la galería es buena parte de su identidad. "Somos una galería que tiene un pie muy fuerte en Sudamérica. Otras también, pero no hacen tanta base de este lado del mundo".

Polo de arte. El espacio de Xippas se instaló a exactamente 600 metros de la fundación Atchugarry, donde dentro de un año se inaugurará el Museo de Arte Contemporáneo Americano. Silva dice que aunque parezca fruto del diálogo y la coordinación, fue pura casualidad. La galería se proyectó en ese sitio antes de enterarse de que un museo de tales dimensiones se construiría a pocos metros. "Muchas veces suceden esas cosas. No sé si es contagio, sincronía, si hay coordinación. Las casualidades son cada vez más difíciles de creer. Esas cosas pasan como si uno estuviera reuniéndose para potenciarse, tener una sintonía en el pensamiento y la creación".

Para Silva, el interés del público de Punta del Este en el arte y el programa artístico, incluso en pandemia, resultó sorprendente. "Creemos que acá hay muchas posibilidades de desarrollo en todo sentido", dice. De hecho, las ventas de la exposición están superando las expectativas. "Da la sensación de que el público acá tiene un acercamiento más avanzado al arte. El público internacional tiene otra mirada, pone la vara más alta y está en conocimiento del escenario mundial, y eso ayuda al escenario local, que se vuelve más importante, ya que las propuestas tienen que elevar su calidad", dice.

Xippas, por su parte, comenta que la galería de Montevideo se convierte cada vez más en una "vitrina simbólica", mientras que el negocio para los galeristas empieza a tomar impulso en el Este. "Acá hay más lectura, la gente se interesa más, hay información. Montevideo no es un lugar para una galería de arte", afirma. A esto se le suma la cantidad de argentinos y brasileños que se están mudando a Punta del Este y el éxodo de los montevideanos hacia el balneario, que va camino a superar su característica estacionalidad. "Esa entrada puede tener consecuencias muy buenas para el Uruguay. Hay buenas expectativas y lindas sorpresas", sostiene.

A los 72 años, Xippas no deja de hacer futurología sobre el mercado del arte, aunque entiende que es un terreno delicado. Los posibles escenarios son muchos y a veces hasta opuestos. El galerista entiende que el transporte de obras disminuirá por cuestiones ecológicas. "Se va a prestar mucha atención a cosas que se hacen en el lugar. Las obras no van a viajar de la misma forma, sobre todo esculturas gigantescas que a veces ocupan un avión entero. Va a haber muchas más restricciones y el arte será más liviano, virtual", resume. También imagina un gran mercado de alquiler de arte, así como un predominio de las ventas online. En esa línea, cuenta que la galería Xippas es "de la vieja escuela" y que las ventas online, por ahora, representan no más del 15% del total. "Somos muy de tener un diálogo con el coleccionista, de hablar, presentarle un trabajo nuevo. No somos los reyes de la venta online pero estamos al tanto de cómo sucede".

Socios y pareja

Reno Xippas dice que Sofía Silva es "la cabeza" de la actual exposición y del trabajo de las galerías en Uruguay. "Sin ella yo no podría tener esto. Es imposible porque estoy viajando. Ella se encarga de la convocatoria, la logística, las importaciones, los técnicos que vienen", señala.

Sofía matiza que el trabajo es 100% en conjunto, algo que se potencia por ser pareja además de socios. "Discutimos todo bastante juntos. No siento que haga una dirección sola", añade. Sin embargo, reconoce que como directora para Uruguay tiene un vínculo "muy personalizado" con los clientes; se encarga de la comunicación, de supervisar todos los detalles de la operación local, de integrarse a los artistas uruguayos y tercerizar servicios cuando lo cree necesario. "El proyecto en Uruguay no es lo mismo que en los países de
Europa. En París son unas 12 personas trabajando de forma permanente para la galería", cuenta.